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13 de diciembre de 2017

Sexpfff... ¡qué pereza!


El sexo te encanta, lo disfrutas, lo compartes, lo vives, lo conviertes incluso en una parte de tu trabajo...

Y en esas estaba yo, hasta que la obra faraónica de mi casa se instauró en cada aspecto de mi vida, haciendo que no pueda ni hablar de ella sin que me entre la ansiedad y se me suba la tensión por las nubes.

Si te digo la verdad tengo ganas cero de follar, de masturbarme, casi incluso hasta de hablar de sexo; ¿es grave doctor? ¡Ya te digo que sí!