Despierto asustada por un ruido hueco que se repite durante unos segundos, me muevo buscando la fuente y se repite un par de veces de nuevo.
Miro al suelo y descubro las causantes, las piedras verdes de mi pulsera desperdigadas por el suelo de tarima. Una sensación triste me inunda, sólo es una pulsera, puedo montarla sobre una goma nueva, pero no estoy triste por la pulsera, sino por lo que significa para mí, porque de alguna manera lo siento como una señal. ¿De qué? Pues no lo tengo claro.