Habíamos hablado, en más de una ocasión, la posibilidad de hacer un trío. Cuando pensábamos en quién podría ser esa tercera persona asaltaban los miedos al imaginarnos incluir a alguien que pudiera trastocar nuestra extraña relación.
Queríamos una persona que no acabara mensajeándose con ninguno de los dos tras la noche de lujuria que teníamos en mente. Por abierta que tengamos la mente, todavía tenemos ciertas inseguridades, y ninguno quiere conocer a los ligues del otro.
Aprovechamos una escapada para deshacernos de la vergüenza, los miedos y darle el punto picante que pedía a gritos esa noche. Busqué Escorts en Madrid en el móvil, y rápidamente elegimos quién se ajustaba a lo que necesitábamos.