En la industria de juguetería erótica nos encontramos con una inmensa cantidad de productos de color rosa. Rosa fuerte, rosa suave, rosa fluorescente, rosa palo, rosa fucsia, ROSA; ¿algo nos quieren decir las marcas con ello, o es el propio público quien lo demanda?
Se vuelve tarea complicada, algunas veces, hallar modelos en otros colores, independientemente de cuales sean estos, simplemente huir del rosa es prácticamente imposible, o más caro...
Conocemos la famosa tasa rosa, que en base es el gravamen sobre el precio habitual que tienen productos genéricos por el mero hecho de ser rosas en cualquiera de sus tonalidades; pero en el sector erótico encontramos que algunos de esos productos que se distribuyen en diversos colores tienen precios más asequibles cuando éstos son rosas, y son mucho más fáciles de encontrar sea cual sea el distribuidor. Podría decirse que es el mundo al revés, quizá con la idea de alcanzar un público objetivo femenino con el viejo truco de 'hazlo rosa y lo comprarán', empujándonos una vez más a la segregación de género impuesta por colores en nuestra infancia.
Con la cantidad de colores y tonalidades que existen, ¿por qué abusar de un color? ¿Es acaso mucho más barato el colorante rosa?