Te da el calentón, quedas con un amigo, viene a tu casa, y sin darte
cuenta te ves dentro de una porno. No es que esa fuera tu idea, ni
siquiera una fantasía, pero quizá sí la suya.
Por muy
claro que tengas que lo que vas a hacer es echar un polvo y no grabar
una porno, y por mucho que al estar en tu casa tengas la certeza de que
no hay cámaras grabando, puede que en algún momento te lo plantees por
cómo se desarrolle la jornada.
No te dejes llevar por
divagaciones sobre si podrías cobrar por lo que sabes hacer, o cual
podría ser tu caché, percátate si estás viviendo una porno (sin
cámaras):
1. Alguien dice ¡acción! y tú no te has enterado.
Especialmente
si has
quedado ex profeso para echar un polvo te puedes encontrar una
(semi)erección de la que abres la puerta, y es muy probable que crea que
tú estás igual, húmeda hasta los tobillos -que puede ser, pero no
necesariamente-. Recuérdale que antes de empezar a grabar, tiene que
prevenir a los actores.
2. Rotura espaciotemporal durante una mamada, y velocidad de la luz durante un cunnilingus.
Una
buena mamada requiere su tiempo, pero una buena comida de coño,
también. Si tienes la sensación de que cronometra el tiempo que te lo
come cuando tú te has dedicado en cuerpo y alma a su polla, grita
¡CORTEN!
3. No hay actores especialistas para las escenas de riesgo.
Ante un "yo controlo", toma tú el control de la situación. El
momento condón puede cortar el rollo, pero piensa cómo lo cortarían las
consecuencias de no usarlo. Cuidado con las tomas falsas, en la vida real no hay ensayos.
4. Estás ahí, pero bien podría estar una muñeca hinchable.
Que
no es que siempre tenga que haber una equidad de sensaciones, que gozar
del placer ajeno está bien, pero no te conviertas en un objeto
masturbatorio, reclama tu satisfacción, también tienes derecho a
correrte.
5. Cambio de postura antes de que te hayas hecho a ella, y tú sin guión.
No
es que seas lenta, es que dos metidas no desbloquean una postura
sexual. Se trata de pasarlo bien, ni de repasar el kamasutra entero, ni
de hacer todas las posturas que se le ocurran en el menor tiempo
posible. No hay más premio que un buen rato.
6. Escena estrella, como maná de los dioses.
Te está
follando, con mayor o menor habilidad, y cuando llega SU momento te la
saca de golpe y espera que te lances a recibir su corrida en tu boca y
te lo tragues, no sea que pierda las vitaminas el zumo seminal.
Cuando
follas con quien desearía vivir en una película porno pueden pasarte
cosas como éstas, y ahí tienes varias opciones: Despides a la
plantilla; te dejas llevar y que acabe cuanto antes; impones
modificaciones en el guión; o buscas esa cámara imaginaria para poder
sobreactuar mientras pones ojos de viciosa y gimes escandalosamente.
Dime,
¿te ha pasado alguna vez? ¿Qué es lo que peor te sentó? ¿Quizá te
gustó? ¿Por qué opción te decantaste? ¿Has sido tú quién se ha montado
la peli en la cabeza? ¿Cómo salió? Cuenta, cuenta...
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