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25 de julio de 2018

'La humedad no miente', la gran mentira de las relaciones sexuales

los gemidos mienten, la humedad no

En una época en la que parece que algunas personas no saben reconocer cuando otra quiere o no tener sexo; en la que hay quienes piensan imprescindible un contrato con elaboradas cláusulas para asegurarse que nadie interpondrá una denuncia infundada, o para creerse en el derecho de no parar cuando se solicita porque antes diste tu consentimiento; quienes ven obligatorio el SÍ explícito; quienes no comprenden que alguien que dijo sí al inicio puede decir NO cuando considere -por el motivo que sea- que no quiere continuar.

Una época en la que se tilda a la sociedad a nivel global de personas incapaces de discernir, entender y respetar cuando una persona decide que no quiere sexo, o que ya no quiere más; una en la que, y permíteme la generalización esta vez, no se cree a la víctima cuando interpone una denuncia, se cuestiona su actitud y se le pregunta si cerró bien las piernas y absurdeces similares, en la que se juzgan sus actos y no los de quien cometió el delito.

Una época en la que hay quien se rige, aunque no sea con ánimo de violentar a nadie, por la máxima de 'los gemidos mienten, pero la humedad no'. Especialmente a este último grupo quiero referirme en estas palabras. 

Es una creencia muy extendida (y aquí tendrás que perdonarme por definir sexo cuando sabes que no es mi costumbre), que si una mujer finge durante el sexo puede estar mintiendo, pero que la humedad que emane de su vagina es la prueba definitiva de que existe deseo, excitación, consentimiento y que además si te descuidas te salta encima y te parte del polvo que te echa. Y no, nada más lejos de la verdad.

La humedad vaginal, así como la erección, el aumento del flujo sanguíneo a los genitales y demás signos que habitualmente se muestran como determinantes de la excitación sexual, son respuestas fisiológicas al sexo. Ésto no quiere decir que siempre que exista una erección o que se eleve la lubricación vaginal haya deseo expreso de mantener relaciones sexuales. De ahí sacamos que eventualmente nos descubramos con las bragas húmedas tras una charla sobre sexo aunque no haya gana alguna de bajárselas para poner en práctica lo hablado. Igualmente, pueden existir esas ganas y carecer de dicha humedad/lubricación vaginal. Porque los humanos somos complejos, y que nuestro cuerpo quiera algo no quiere decir que lo queramos nosotros.

"La respuesta genital significa que es un estímulo relacionado con el sexo. No significa que fuese querido o deseado."

Ahí entra en juego lo que se denomina excitación no deseada o sin concordancia; cuando hay una falta de relación predictiva entre respuesta fisiológica, como la lubricación, y su experiencia subjetiva de placer y deseo; lo que ocurre en los sistemas emocionales y de motivación, incluido el sexo.

Escuchando una charla TED sobre el tema, Emily Nagoski aclara que esa creencia de que la lubricación o excitación genital va ligada al deseo es un error frecuente, y realmente peligroso. Llegando, en juicios por abusos sexuales, a emplear la excitación física de la víctima (que recordemos es involuntaria), ya fuera lubricación, erección, o incluso si hubo orgasmo, como prueba de que era algo deseado y no existió violencia sexual.

No en vano hay miles de casos de víctimas que se sienten culpables por la respuesta fisiológica de su cuerpo a un estímulo sexual, creyendo que está algo mal en sus cabezas porque lubricaron, se excitaron, se corrieron o tuvieron uno o más orgasmos durante una agresión sexual. Y es que parece difícil de entender que nuestro cuerpo emita unas señales y nuestra psique otras, y que una reacción fisiológica involuntaria no puede determinar el consentimiento sobre un acto. La respuesta genital significa que es un estímulo relacionado con el sexo. No significa que fuese querido o deseado.

"...si no sientes dolor físico no deseado y hay consentimiento por parte de todas las personas implicadas, no hay nada 'fuera de lo normal'..."

¿Cómo saber entonces si una persona quiere o no mantener relaciones sexuales, determinadas práctica o si simplemente quiere parar en cualquier momento?

Comunicación. Debería tatuarme esa palabra, la valoramos muy poco para lo importante que es. Todo es tan sencillo como, en caso de duda, preguntar a la otra persona si está a gusto; si eres tú quien no lo está hazlo saber, sin importar que hace 10 minutos hayas dicho que sí; si deseas probar algo nuevo habla, pregunta, no te lances a una práctica que puede no gustarle a la otra persona y encima te enfades si te para los pies. Comunícate con tu pareja, con tus amigos con derechos, con el ligue de una noche, con la vecina que vino a por sal final y al final quería lo gordo... Habla, pierde el miedo a manifestar verbalmente tus deseos por temor de recibir un NO a cambio, o peor, por no disgustar a alguien o 'dejar con el calentón'. Y si no puedes hablar con la otra persona porque está dormida o bajo los efectos de alcohol o drogas, la respuesta es NO.

El consentimiento puede ser implícito, soy consciente de que preguntar a cada paso esperando una afirmación antes de dar un paso puede ser molesto y romper la atmósfera (para quien pregunta y para quien tiene que responder). Soy partidaria de hablar las cosas, llegar a acuerdos sobre lo que cada cual espera del encuentro, dejarse llevar con sutilezas, manifestar si no estás bien, si quieres parar un rato, o si quieres parar para siempre, y respetar las decisiones de la otra persona.

Como dice Emily Nagoski en su charla, si no sientes dolor físico no deseado y hay consentimiento por parte de todas las personas implicadas, no hay nada 'fuera de lo normal', ni necesidad de poner puertas al campo. ¿Tan complicado es expresarse y comunicar abiertamente qué nos gusta, qué no queremos experimentar, qué podríamos plantearnos probar...? 

Te dejo aquí abajo la charla TED, que me parece realmente interesante y que puede dar un poco de luz sobre pensamientos que, aún a día de hoy, se creen válidos como 'la humedad no miente', la gran mentira de las relaciones sexuales...


Dime, ¿qué te ha parecido la charla TED, qué opinas sobre la excitación sexual no deseada, conocías el concepto, te ha pasado alguna vez, o tu cuerpo suele manifestarse a la par que tu psique...? Cuéntamelo en los comentarios...

5 comentarios:

  1. Estupendo post! Es un tema muy necesario... Yo mencioné hace tiempo lo de los orgasmos en una artículo para Más Allá del Placer.

    Gracias por hablar de ello.

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    1. Gracias Ester, debemos eliminar esas falsas creencias que nos hacen más daño que otra cosa.

      Besotes.

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  2. Ya puestos a hablar de humedades, mencionar que cuando las fisiológicas no son suficientes, nada he encontrado mejor que el jugo de las hojas del Aloe Vera. Lubrica, dura, no mancha, cura escoceduras y microlesiones y prácticamente es gratuito. (Lo siento, Durex....).

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    1. La lubricación artificial es un tema amplio, pero no el que compete a este artículo. Solucionar un problema de lubricación por defecto es más sencillo -y hay muchos productos- que hacer entender a algunas personas que la lubricación natural no siempre va ligada con el deseo.

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  3. Y volviendo al artículo en sí, pues no, que el body no tiene porque obedecer a la cabeza. Algún rollo sádico y muchos masoquistas no tendrían razón de ser si no fuera así.
    Muero de vergüenza ajena por los congéneres que fuerzan a una mujer, toda vez que me apenan; ¿acaso no conocen el placer de una relación recíproca, de igual a igual?.
    Desgraciados....

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Me encantará saber su opinión...