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31 de octubre de 2014

Eso que sientes no es amor, es una indigestión

radiografía mariposas en el estómago

Sí, sé cómo suena, pero miénteme y dime que no te identificas, dime que nunca se te ha atragantado el amor, o que nunca se te ha ulcerado el enamoramiento. Miénteme, pero no te mientas a ti.

Quizá me equivoque, al fin y al cabo soy humana, pero podría asegurar que si no todos, casi todos, hemos pasado alguna vez por una situación similar. Nos creemos enamorados, nos ilusionamos, sentimos cosas que nunca habíamos sentido, y cuando pensamos que lo que nos llena son mariposas en el estómago, nos damos cuenta de que son gases y que como nos descuidemos acabaremos con un cólico.

Vale, sé que sigue sonando mal, pero dime, ¿me equivoco? ¿Acaso no sabes a qué me refiero? Pues te lo explico. 

Todo empieza cuando abres la puerta intencionadamente, o por pura casualidad, a alguien nuevo. Esos primeros días en los que cada comunicación te saca una sonrisa, cada sonido del móvil te hace pensar que es esa persona diciéndote algo maravilloso -aunque se trate del más anodino 'Hola', todo es maravilloso al principio-. Puedes pasar horas hablando, contando anécdotas, intercambiando opiniones, divagando en conjunto, da igual, cualquier conversación es bienvenida si viene de ESA persona, que ya te puede contar que ha comprado suavizante para la ropa, como que su perro tiene diarrea, que te parece entermecedor como poco ("Ohh, qué cuqui, se preocupa de su perrillo"). 

llamas moradasA medida que pasa el tiempo vas viendo matices, muchas veces son nimiedades, pero que van perfilando quién es realmente esa persona con la que hablas y por la que babeas. Esta etapa es en sí misma una prueba de fuego. Irás encontrando cosas que no te agraden, manías que te molestan, palabras y expresiones que te irritan, etc., y empezarás a bajar de la nube si sobrepasan lo que tú consideras tolerable, o si no hay otra cosa que compense eso que aprecias como fallos -lo sean o no-. Si te pasa como a mí que tienes la capacidad de concentración de una azalea, y te aburres más rápido de lo que eres capaz de asumir, tienes un plus de dificultad y, por consiguiente, la otra persona también. Porque no sólo tiene que ser capaz de mantener tu atención a unos niveles óptimos -y lógicos-, sino de aportarte algo novedoso continuamente, algo que te de ganas de conocer más, sentir más, probar más, o de lo contrario desconectarás y no habrá quien te reinicie.
 
En esa etapa se hace una criba, descartas la paja -o aquello que no te aporta lo suficiente- del grano -aquello de lo que esperas sacar más-. Si tienes suerte, y no eres tan gilipollas como yo muchas veces de descartar a alguien antes de dar una oportunidad, y consigues que pase tu control de calidad, de nuevo te inundará esa sensación de novedad, de entusiasmo, esas mariposas en el estómago.

Pero... ¿y si esas mariposas, no son realmente mariposas? Sea inmediatamente, tras poco, o tras mucho tiempo, a veces pasa, algo hace 'clic' en tu cabeza y empiezas a dudar de que realmente esa persona, que hasta hace escasos minutos, horas o días sentías cercana, y tus labios esbozaban una sonrisa con sólo oír su nombre, sea lo que creías o querías que fuera. Y sin saber cómo, las mariposas se han convertido en agujas punzantes que te hacen revolverte del dolor. Adios amor, hola indigestión.
vomitando mariposas

Y es que es así de simple, pasamos de un enamoramiento a una indigestión en lo que tarda un 'clic'. Puede que no esté acostumbrada al amor, o a enamorarme, que sea algo ajeno a mi entendimiento, que mi brevísima experiencia con las mariposas estomacales me limite, que el tiempo me haya vuelto una escéptica del amor, que mi forma de ser sea muy propensa a hartarse a comer mariposas aún en el capullo, alimentando una ilusión fantasma, y que de golpe y porrazo me doblen los pinchazos y el supuesto amor que creía sentir me provoque una indigestión.

Puede que nunca fuera amor, o algo remotamente parecido, quizá comiste mariposas porque sentías un vacío, y te daba igual quién te las diera, que comiste y comiste, hasta que te arrepentiste. Y te arrepentiste porque no eran mariposas de verdad, eran agujas que tú ibas instalando en tu interior. Darse cuenta de que tu dolor no es provocado por nadie más que tú mismo es lo que más acaba doliéndote. No sólo has creado ilusiones de la nada, y se te han ulcerado, sino que no te puedes desquitar con nadie porque es culpa tuya y de nadie más.

Entonces, ¿renunciamos al amor, a enamorarnos, a ilusionarnos? Tampoco es eso. En el fondo el dolor y los tropiezos forman parte de la vida. Solo intenta que la próxima piedra con la que tropieces no la hayas puesto tú ahí. Aprende, pues si algo bueno tiene equivocarse es poder sacar una lección de ello.

10 comentarios:

  1. El amor está sobrevalorado, querida. Mejor sexo, cuanto mas sucio mejor.

    Siempre suyo
    Un completo gilipollas

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    1. Es probable, pero, ¿y si no es así y nos perdemos algo bueno de verdad? Lo que sí es cierto es que echar un polvo es mucho más sencillo que llegar a enamorarse o querer a alguien. Para que nos den un meneo nos vale casi cualquiera, y somos menos escrupulosos con lo que nos metemos en la boca que con lo que nos metemos en el corazón.

      Gracias por pasarte, espero seguir viéndote por aquí ;)

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  2. Enamorarse por enamorarse, por poder decir "estoy enamorado", es lo que tiene, que al final no es verdadero y termina en... gases o lo que quiera que sea. Siempre he dicho que lo mejor es no hacer nada y esperar a ver qué pasa, y entonces, llega de verdad y cuando menos te lo esperas.
    Saludos.

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    1. El problema está en que cuando llegue se vea claramente que es "eso" que se busca, y no se equivoque con falsas mariposas, ilusiones creadas por la soledad, o un ataque de gases encubierto como un suculento manjar. Porque al final, si hemos comido mucha mariposa en mal estado es lo que pasa, que nos volvemos algo excépticos.

      Gracias por pasarte, espero que vuelvas ;)

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  3. Alguna vez me ha pasado que esa chica que era tan deslumbrante y perfecta, que el mero hecho de conocerla te obligaba a mirar con presteza el móvil cada vez que sonaba por si acaso era ella, ha terminado diciendo algo desagradable que no esperaba en absoluto y entonces deja de ser deslumbrante y perfecta y se convierte en una más.

    Pero eso no es el fin del camino. El enamoramiento nos dura de 6 a 24 meses, dependiendo de la persona, aunque en esta fase que estoy hablando es mucho más débil ya que no había más que el hecho de haber coincidido un par de veces. En ese caso lo que me ocurrió a mi fue que a pesar de que se hubiese roto la burbuja quise seguir conociéndola, poco a poco, sobretodo para comprenderla mejor y que no me volviese a sorprender desagradablemente como había hecho con ese comentario fatídico.

    El resultado es que hemos terminado siendo amigos, amigos de los de verdad, de los que se involucran, de los que escuchan las preocupaciones que puedas tener y te confiesan las suyas propias. Igual es la ruta difícil, porque a toda relación hay que regarla y cuidarla como a una planta, pero ha resultado ser más enriquecedor que echar un polvo y olvidarse.

    A veces vale la pena dar una segunda oportunidad. =)

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    1. Tienes razón, a veces merece la pena dar una segunda oportunidad, pero creo que hay que tener buen ojo para saber cuando darla y a quién, no todo el mundo lo merece. Pero el grave problema es cuando ya vas por la cuarta oportunidad, ahí claramente hay un problema, y uno mismo es el 75% de él, por dejar que siga pasando.

      Me alegro que esa segunda oportunidad fuera tan fructífera, me das envidia.

      Muchas gracias por pasarte, espero verte por aquí más veces ;)

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    2. ¡Claro! Lo que he leído hasta el momento me ha gustado, así que es posible que tengas un nuevo lector asiduo. Sigue así, sé que cuesta encontrar motivación teniendo pocos lectores, pero todavía es un blog joven, es normal. =)

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    3. Me gusta leer eso :D

      En cuanto a la motivación, creo que la temática se me hará llevadera, aunque esos lectores tarden en llegar. 'Si lo construyes, ellos vendrán' que decían en Campo de sueños, ¿no? ;)

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    4. La verdad es que no he visto la película, pero he encontrado por ahí la referencia, y sí, ¡esa es la actitud adecuada!. Además, la temática del blog ayuda a atraer a los curiosos, es cuestión de paciencia como bien dices.

      Ahora me siento casi obligado a responderte con otra cita de un libro que leí hace poco, porque no quiero ser menos y además va bastante bien con este tema que estábamos hablando. =)

      El propósito de una vida es acercarnos lo más que podamos a otras personas. Una vida aislada es una vida malgastada. -John Verdon

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    5. Si no la has visto te la recomiendo, personalmente me gustó mucho.

      Una cita bonita, y es cierto que acercarnos a otras personas nos enriquece, y nos hace vivir más intensamente. Compartir en vivir, que dicen :D

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Me encantará saber su opinión...