-

14 de noviembre de 2014

Serie 'Tipos de Atracción'- Bola de nieve

bola de nieve bajando

Siguiendo con la serie 'Tipos de atracción' que emprendí hace unos días, y que comenzaba con la Atracción Incendiaria, hoy traigo un nuevo tipo: La Atracción Bola de nieve. ¿Que quién le pone los nombres? Pues yo, vaya pregunta. ¿Qué es para llorar de malo que es? Pues tienes razón, pero no hemos venido aquí a llorar, ni tú ni yo, o al menos yo no, tú llora si quieres, pero mejor de risa que de pena, digo...

En fin, que me entretengo y no voy al tema Bola de nieve, que también es muy tema frío, como el que tengo en las manos mientras escribo esto (nota mental: comprarme unos guantes para escribir). ¡Deja de liarme que no me centro!

La Atracción Bola de nieve va creciendo poco a poco, y antes de que nadie se de cuenta se ha hecho enorme, y va a toda velocidad asolando el paisaje. No para de crecer, cuanto más avanza, más grande se hace (muy bola de nieve de dibujos animados para que visualices). 

Este tipo de atracción tiene dos finales:

Bien se hace tan grande que acaba chocando con un gran muro, el cual se rompe (o arrasando una ciudad pequeña cual peli de sobremesa), y fragmenta la bola dejando pequeñas partes irreparables;

O bien crece y crece, y crece hasta que no queda más nieve con la que crecer, ni zona por la que avanzar, y acaba estancándose. En cuyo caso se mantendrá allí donde se paró, y cuando llegue el calor se irá diluyendo hasta que no quede más que un charco de lo que fue.

Podríamos decir que esta atracción va por buen camino, por eso de empezar poco a poco, hasta que a alguien se le va de las manos y arrastra al otro a una caída por la falda de la montaña, o lo que es lo mismo, una caída a la devastación de esa atracción, y puede acabar herido hasta el apuntador. 

En el caso de que la pasión acabe arrastrando cuanto ve y choque contra esa ciudad rural tan encantadora, del impacto la bola se romperá, y ambos quedarán destrozados, hechos añicos, y lo que antaño fue una gran pasión les dejará lisiados emocionalmente al menos por un tiempo. Una vez roto no hay marcha atrás, aquello no lo arregla ni MacGyver en el Leroy Merlin.

avalancha de nieve

Por otro lado, si acaba derritiéndose a la cálida luz de un sol primaveral, tras llevarse consigo toda la nieve que ha podido, digamos que es algo más progresivo. Sí, ha crecido rápido, pero ha llegado a su máxima expresión de volumen (o atracción) y se ha mantenido un tiempo, que será más o menos dependiendo de los fenómenos atmosféricos o las acciones externas (o de cuánta gente intente influir en esa atracción, lo sólida que sea...). 

Si hablamos de una degradación con el tiempo, con el calor primaveral en la metáfora, será paulatino, poco a poco, y ambos se dará cuenta de que algo está cambiando y de que ya no son aquella bola de nieve que podía con todo; en cambio si nos encontramos con la acción del hombre (o la mujer), podemos ver que de la noche a la mañana esa bola se encuentra despedazada porque a alguien le gustaba un poco de ella, y aprovechando el estancamiento y la debilidad de alguna de las partes, la ha separado, o lo que es lo mismo, han zorreado a una de las mitades y la mitad en cuestión ha preferido inundar otros terrenos (que se larga, vamos).

Con la bola que se estanca es posible que se sigan hablando tras dejar de ser Bola de nieve, incluso que sean amigos, y las lesiones emocionales no son tan grandes como en la devastación de la ciudad rural, pero siempre puede haber cierto resentimiento si alguno de los dos prefirió derretirse por otra persona. Si juntos han arrasado una ciudad y sufrido una rotura a nivel nanométrico, dudo que se vuelvan a dirigir siquiera la mirada, llevarán esa cicatriz de por vida y quien ose nombrar al compañero de caída lo pagará caro.

Si has experimentado este tipo de atracción puede que seas de los que una vez que se embarca en algo lo hace con todas las consecuencias y hasta el final. Si has devastado muchas ciudades (con  que sea una vale), ten algo de cuidado, paséate un tiempo por tierras cálidas, y contrata un buen seguro contra desastres naturales, si vuelves a pasearte por el pico de la montaña puede que te haga falta.

¿Lo has experimentado alguna vez, has conocido a alguien que tras caer por la ladera en una bola ha quedado irreconocible? Cuéntamelo en los comentarios...

2 comentarios:

  1. Mientras lo leíamos no hemos podido dejar de pensar en el capítulo de los Simpson en el que Homer se queda encerrado con el Sr.Burns en la cabaña de la montaña. Cosas de ranas supongo.

    Un croak!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jajajajajaja. La muestra de que de una avalancha se puede salir airoso, pero no sin pelearlo. Besotes.

      Eliminar

Me encantará saber su opinión...