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5 de septiembre de 2018

Viaje al pasado: primeros productos eróticos y pequeñas lecciones



Viajamos al pasado, a un tiempo en el que la juguetería y cosmética erótica manejaba otros parámetros en nuestras vidas, cuando simplemente eran cosas que se vendían, habitualmente en tiendas con poco cuidado estético, y que otros, de mentes depravadas seguro, compraban para resarcir esas ideas perversas sacadas de película erótica/pornográfica o comedia adolescente americana de mediados de los 90.

¿Exagerado? Quizá no tanto. El comercio de productos eróticos ha evolucionado mucho en los últimos años, y no hace tanto (aunque ya un tiempo) que hasta a mí, que ahora me veo hablando de juguetes día sí y día también y cuento con decenas de artículos en mi armario, veía los juguetes eróticos con otros ojos. Seguramente influenciada por una sociedad puritana y falta de educación, donde la represión sexual no ha visto aún su fin

No recuerdo por qué extraña razón sonaría el clic en mi mente y me daría por curiosear, pero sí recuerdo que la primera tienda online que visité y donde compré fue Los Placeres de Lola, principalmente porque me llamó mucho la atención que se promocionaran como un sexshop para mujeres, me gustaba ese punto de hermandad, eliminando el halo oscuro que en más de una ocasión había visto en sexshops a pie de calle.

En mi entorno lo más innovador que habían usado mis amigos eran anillos vibradores para el pene, esos que vendían hasta en farmacias y que apenas tenía unos pocos usos, o los condones estriados que tenían más fama que efecto. 

Mis primeros productos eróticos fueron:

Unas bolas chinas de silicona, un dildo para estimular el punto G de jelly, un vibrador fálico rosa de látex y un lubricante neutro con base en agua. Así, para empezar fuerte con mi primera compra. Al margen de mis errores eligiendo materiales, ya apuntaba maneras con dicha variedad. Aún tengo las bolas y el estimulador del punto G; el vibrador murió catastróficamente en una fusión por contacto. 

De eso hará ya casi 10 años, y parece que ha pasado una vida desde entonces. No sólo en cómo ha crecido mi colección erótica, mi experiencia con los productos o mis conocimientos sobre cómo elegirlos mejor, si no en cómo mi forma de pensar ha evolucionado hasta convertirme en quien soy hoy. Desde aquella primera compra he aprendido mucho, entre otras cosas que cualquier persona puede usar un producto erótico y ello no determinar su forma de ser en absoluto, o que tenemos mucho trabajo por hacer aún en lo que educación sexual se refiere.

Soy muy curiosa -ya lo sabes-, y como me parecía interesante saber cómo empezaron en estas lides compañeras sexbloggers y sexólogas, he hablado con algunas de ellas para que me cuenten su experiencia. 


Iris Martínez - Irisens.es

"Mi primer juguete fue una bala vibradora metálica de 10 velocidades de unos 6 cm, y fue hace 6 años (con 20 años). Surgió porque yo venía de una relación muy coitocéntrica, en la que mi clítoris y orgasmos eran invisibles y decidí que merecía tener una sexualidad placentera feliz y una relación sana en la que mi opinión sexual fuera importante. Así que decidí ir al sexshop de mi barrio y hacerme feliz. Y terminar con la relación lógicamente".

Lara Herrero -  Sexopositivo.com

"El primer juguete erótico que utilicé fue el vibrador Billy The Kid 2. Me lo regaló mi pareja cuando cumplíamos 2 años de relación. Yo tenía 18 años. Él no tenía ni idea de juguetes eróticos, así que se dejó asesorar por la dependienta de una tienda erótica. El regalo me encantó, además eso de que fuera resistente al agua me pareció un puntazo. Después fueron llegando los típicos complementos: lencería, dados, plumas, lubricantes... Billy fue quedando anticuado, ¡pero aún lo guardo en mi cajón mágico por si me entra la nostalgia!".

Christine Erotic - Erotismoysensualidad.com

"El rabbit rosa de sexo en Nueva York, a los 26, y me lo regaló una pareja de amigas lesbianas al mismo tiempo que me lo confesaban. No me gustó nada y me quedé decepcionada de por vida. Una cosa de plástico que gira haciendo ruido y cuyas maravillosas perlas no hacen nada, encima lo del clítoris hacía que me corriera enseguida y luego no pudiera repetir. Es que yo soy muy de carne...".

Leticia G. Castelló - Sex & Mind

"Con unos 16, estaba con un chico y compramos un lubricante natural, unos condones estriados y una anilla vibradora; con los condones no sentía nada, y la anilla tampoco me hacía gran cosa, pensaba que algo esta mal en mí. No fuimos a una tienda erótica, sino que lo compramos en el Carrefour. Ya en la universidad compré mi primer vibrador, en la tienda no me asesoraron y acabé eligiendo uno para punto G muy curvado que terminé usando como vibrador externo y fue un desastre, y una vela de Shunga de vainilla que me encantó. Más adelante, con unos 19 empecé con otro chico y probamos esposas y más complementos eróticos".

Ubal Araque - Elblogdeubal.com

"Mi primer juguete fue un estimulador de próstata, que no es lo peor que me he metido en mi vida, pero para ser el primero fue muy desagradable, tenía como dos niveles, muy desagradable. Lo compré porque tenía curiosidad, porque quería conocer mi próstata, y tendría como unos 21 años. Ahora forma parte de mi museo".

Ester Álvarez - Tusexualidad.es

"Mis primeros productos eróticos fueron unas bolas chinas y una balita vibradora. Debía tener yo unos 25 años creo, allá por el 2006, ¡ya ha llovido! Estaba haciendo el máster de Sexología en Granada y nos llevaron a visitar un sexshop. Yo fui con mi pareja de entonces, mi pareja era muy abierta para esas cosas así que nos animamos a comprar algo. Las bolas chinas no tenían nada que ver con las de hoy en día de silicona, hipoalergénicas, etc. Sino que eran metálicas y con cordón de hilo... no creo ya que ni las vendan de ese tipo (sí, las venden aún). La verdad es que no las usé prácticamente, pensaba por aquel entonces lo típico, que daban placer o algo y claro, fue un chasco. La balita vibradora sí que dio para mucho, con ella descubrí la vibración en el clítoris y lo placentero que resulta, ¡¡además de cómo ayuda para alcanzar el orgasmo!!".

Mar Márquez - Miyosalvaje.com

"Fue en el cumpleaños de los 21 años, delante de tooooda la fiesta, mis compañeras de piso me regalaron un dildo lila que vibraba con dos pilas.  Lo que no me dijeron era que no se podía mojar, así que la vibración le duro 1 semana, en cuanto lo metí en la ducha; un dildo semifálico violeta, sin clítoris ni nada... No lo usaba mucho porque yo de vaginas no entendía mucho...mi clítoris era mi centro de placer...pero me gustaba usarlo analmente, jajaja. Como tenia esa pollita en la mesita de noche, por la noche nos decíamos en el piso: 'bueno, pues ya venga, nos vamos a la camita con la amiga violeta'. Me lo regalaron en plan... 'esto es lo que llevas esperando toda la vida, lo necesitas, todas hemos estado de acuerdo y sabemos que te va a hacer mucha ilusión...o sea...Mar, eres una salida, estas todo el día hablando de sexo, métete esto en la boca y déjanos en paz...', jajajaja, tal cual".

"Hace unos cuantos años ya, tenía yo 32, todas las amigas nos juntamos en mi casa para hacer un tupersex.  Nos encantó,  tanto que al poco tiempo empecé a hacerlo yo también. Compré a Baby Bug, de Fun Factory, aunque en casa le llamamos Pablito, un huevo vibrador por control remoto y el cofre 'Secretos de la geisha' de Shunga; así nació mi colección de 'Artículos Secretos de Magia'".

Ekaitz - Erotic.cat

"Mi primer juguete fue el Tenga Egg y lo compré de rebote con 30 años. Buscando regalos para el cumpleaños de un amigo, encontré un vídeo muy curioso sobre un masturbador con forma de huevo. Me pareció un regalo original y divertido, así que decidí encargar uno… y claro… ya que hacía la compra, ¿por qué no pedir otro para mi? Un gran acierto de regalo. La cara de incredulidad de mi amigo fue inolvidable y además, el huevo va de maravilla".

María - Arseroticas.com

"Siempre había observado con curiosidad los juguetes eróticos. Me había tocado muy por encima y sin demasiado entusiasmo pero en mi cabeza estaba marcado que para hacerlo 'bien' necesitaba un juguete. Como no había investigado mucho hasta ese momento, ya con más o menos 18/19 años me lancé a comprar algo que llevaba mucho tiempo observando: una revista que vi que cada mes solía incluir un juguete diferente, vibradores generalmente. La compré y así comencé a probar diferentes sextoys. Poco después en un viaje a Amsterdam me compré el primer vibrador, digamos más profesional y seguro, aunque ahora sé que no lo es, jajaja".



Puede que si no hubiera sucumbido a la curiosidad, y hubiera cerrado la web sin hacer la compra, hoy día estaría haciendo otra cosa muy distinta y no escribirte desde este blog que tanto significa para mí. La vida da muchas vueltas, y puede que el punto de inflexión para llegar hasta aquí comenzara entonces...

¿Y tú, cuál fue tu primer producto erótico, cómo surgió, quizá estás buscando algo con lo que dar el paso, qué te parecen nuestras experiencias...? Cuéntamelo en los comentarios...

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