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17 de octubre de 2018

Rosa que te quiero verde... - Estudio sobre la incidencia del rosa en los productos eróticos

encuesta juguetes eróticos

En la industria de juguetería erótica nos encontramos con una inmensa cantidad de productos de color rosa. Rosa fuerte, rosa suave, rosa fluorescente, rosa palo, rosa fucsia, ROSA; ¿algo nos quieren decir las marcas con ello, o es el propio público quien lo demanda?

Se vuelve tarea complicada, algunas veces, hallar modelos en otros colores, independientemente de cuales sean estos, simplemente huir del rosa es prácticamente imposible, o más caro...

Conocemos la famosa tasa rosa, que en base es el gravamen sobre el precio habitual que tienen productos genéricos por el mero hecho de ser rosas en cualquiera de sus tonalidades; pero en el sector erótico encontramos que algunos de esos productos que se distribuyen en diversos colores tienen precios más asequibles cuando éstos son rosas, y son mucho más fáciles de encontrar sea cual sea el distribuidor. Podría decirse que es el mundo al revés, quizá con la idea de alcanzar un público objetivo femenino con el viejo truco de 'hazlo rosa y lo comprarán', empujándonos una vez más a la segregación de género impuesta por colores en nuestra infancia.

Con la cantidad de colores y tonalidades que existen, ¿por qué abusar de un color? ¿Es acaso mucho más barato el colorante rosa?

Personalmente me suelen llamar la atención los productos en colores diferentes ergo, que no sean rosas. Verdes, azules, grises, blancos, morados, naranjas, amarillos... Lo que viene siendo cualquier color menos el rosa, que no es que lo deteste, pero cuando mi armario de productos eróticos empieza a parecer la sección de Barbie de la juguetería, es imposible no verse abrumada entre tanto rosa.

Pregunto a Libid Toys y la opinión es más una decisión de marketing que otra cosa, reconocen que se otorga el rosa a las mujeres, principales consumidoras de juguetería, y se emplea la tonalidad por asociarlo con la femineidad, aunque saben que eso no depende de un color.

Desde Adrien Lastic me indican que han comprobado que los productos que más se venden son rosas, fucsias o lilas, ya que denotan cierta delicadeza y sensibilidad, inclinando la balanza hacia la cuestión de la psicología del color.

En Lovehoney suelen tener los productos de colores muy variados; aunque no hay información determinada al respecto que indique mayor preferencia o no por juguetes rosas, entre los más vendidos están el rosa y el negro.

¿Se reduce al final esta explosión de rosa a un círculo vicioso donde una marca ofrece rosa porque cree que la consumidora lo quiere así; la consumidora compra rosa porque es lo que venden, y cree que eso proporciona cierta paz eliminando parte del tabú que se asocia a la sexualidad femenina, porque 'es rosa'; y la marca sigue sacando productos en rosa porque 'vaya, se venden'; y la rueda sigue girando hasta un infinito de juguetes eróticos rosas en todas sus tonalidades? Cabe por tanto plantearse qué fue antes, ¿el huevo o la gallina? ¿La oferta o la demanda?

Consulto con varias amigas del mundo de la sexualidad y la respuesta mayoritaria parece unánime, preferimos productos de otros colores antes que rosas, aunque hay quien tiene una predilección consciente sobre este color, como Norma J. Brau que se decanta por el rosa siempre que sea fucsia; o la predilección inconsciente como Jolie Courge a quien le gusta dar un toque naiff a los productos para juegos más alternativos con tonos rosas, y en su colección abundan estos tonos por elección aunque no sabe explicar el motivo.

Parece bastante patente que se trata de un reclamo comercial, pero que puede cerrar mercado cuando se le presta excesiva atención al color; Iris Martínez señala que productos que, aun enfocados a un público femenino, tienen muchas posibilidades para los hombres, quienes cuentan con una imaginación más limitada o demasiado fundamentada en el rol cromático no se prestan a la experimentación por esta causa, lo que no pasa con colores más neutros.

plug anal

Ester Álvarez prefiere colores llamativos y diferentes, y siente especial atracción hacia los productos rojos, que a diferencia de lo que se podría pensar, es un color que se emplea muy poco para juguetería erótica. En diversas ocasiones ha manifestado a marcas la opinión de que el rosa se emplea en exceso, y no cree que todo parta de la demanda del público, sino más bien a una estrategia para indicar, sin emplear palabras, que un objeto está pensado para uso femenino, creyendo que si hubiera mayor selección cromática se venderían de igual modo.

Para Marina Agis lo importante es la calidad del producto, sin importar el color de éste; aunque señala que en tienda, por su experiencia, las mujeres suelen decantarse por juguetes rosas o morados aun habiendo otros colores, los que aprecian como demasiado chillones y, en el caso de mujeres mayores, los preferirían en color anatómico si los hubiera que no fueran realísticos.

Me preguntaba si fuera de este entorno las personas lo ven de manera diferente, si al ser una compra excepcional no se tiene tan presente la gran afluencia del rosa entre los productos, o si simplemente es algo indiferente. Pero nos encontramos también con el ejemplo de las clientas de La maleta de Carmen que, con diferencia, prefieren el rosa, incluso en los productos -raro es el caso- que no están disponibles con ninguna tonalidad rosada; esto nos empuja a la conclusión de que no hay consenso, solo que abre la puerta a la pregunta sobre el motivo de esto, ¿es una elección consciente, o inconsciente?

En este debate influye, al igual que las connotaciones de género, la psicología del color; al rosa se le atribuyen las siguientes connotaciones: amabilidad, delicadeza, romanticismo, entrega, amor, inocencia, sensibilidad... Cualidades, todas, otorgadas también al sexo femenino e inculcadas socialmente desde la infancia como deseables en las mujeres. ¿Quiere decir que el color que elijamos para nuestros productos eróticos determina nuestra forma de vivir la sexualidad? ¿Debemos mantener el rol de género impuesto a golpe de plástico rosa? En última instancia somos los propios consumidores quienes decidimos qué compramos, de qué color, o la importancia que le damos a éste.

El pasado septiembre abrí una encuesta para intentar esclarecer un poco si los productos eróticos de color rosa se deben a una cuestión de marketing, un convencionalismo o simple gusto estético; y hoy te expongo los resultados obtenidos.

La muestra

Un 77.4% son mujeres CIS, 20.9% hombres CIS y un 1.7% de sexo no binario.

Las edades son variadas, participando primordialmente las personas entre 25 y 34 años con un 41.4%, un 27.9% entre 35 y 44 años, 19.8% de 18 a 24 años, y un 10.8% de 45 a 54 años.

En cuanto a orientaciones sexuales predomina la heterosexual con un 63.5%, bisexual con 29.6%, un 2.6% homosexual y 4.3% que no etiquetan su orientación.

Opinión del rosa

Me agrada ver que el 98.3% no está de acuerdo con la dicotomía "Rosa para niñas, azul para niños". En cuanto a su opinión del color rosa y sus connotaciones de género, hay quien lo ve como un color más sin un trasfondo de género, quien sí reconoce que socialmente está muy arraigada la asociación a lo femenino, y su uso denigrante como insulto hacia los hombres, quien lo ve como un símbolo más del patriarcado y la brecha entre géneros, quien con optimismo cree que se acabará cambiando la connotación femenina, y a quien le es indiferente su relevancia. Un mar de opiniones que, en general, tienden a representar hastío e incomprensión por la mera existencia de una diferenciación por sexos.

Color favorito

Con idea de conocer si el rosa es un reflejo de los gustos personales del público consulté sobre el color favorito. Sorprendentemente sólo el 6.1% lo seleccionó como favorito. El color con más votos fuer el negro con un 22.6%, seguido por el morado con un 21.7%, el azul y el rojo empatados con un 14.8%

color favorito

Color predominante

Conociendo el color favorito de quienes participaron, cabría esperar que los colores que predominaran en los productos eróticos de quienes realizaron la encuesta estuvieran relacionados. Contrariamente, el color que llena más cajones es el rosa, seguido muy de cerca del morado, y el negro, debido mayoritariamente a productos BDSM. El azul, el rojo, el blanco y el color "anatómico" tienen una pequeña relevancia entre nuestros productos. Por mi parte, el 17% de mis productos eróticos son rosas, encabezando la lista, seguidos muy de cerca por un 16.76% que son negros; aunque de variedad no me puedo quejar...

Rosa como primera opción

A la pregunta de "Si compraras algún producto erótico (el primero u otro nuevo), ¿te decantarías por el rosa como primera opción, o preferirías cualquier otro color?"; el 68.7% tiene claro que lo importante es el producto y no el color. En cambio, un 24.3% elegiría cualquier otro color, y un 7% se decidiría por el rosa.

Al 64.3% no le importó que el producto sólo estuviera en rosa y lo compró igualmente, frente al 24.3% que buscó otro producto o distribuidor, y el 11.3% que lo pensó, pero lo acabó comprando en rosa. Ante esto, el 13.9% indica haber pagado más por un producto sólo porque éste no fuera rosa.

Oferta o demanda

Cuando se preguntó si pensaban que el mayor número de productos rosas atendía a los gustos de los consumidores, el 75.7% indicó que no, que si hubiera más colores también se venderían; al 24.3% le parece lógico si es lo que más se vende.

El 62.6% dicen que la educación binaria y el concepto de que el rosa es para mujeres es el principal motivo de ésta incidencia del color; el 25.2% creen que la oferta y las marcas motivaron la situación; y un 12.2% creen que fue la demanda por parte de las consumidoras.

oferta erótica

Sobre si opinan que se demandan más productos rosas entre las mujeres (CIS/TRANS) por una cuestión educacional asociada al género, el 50.4% dijo que sí; el 20% lo relacionó con la psicología del color; el 16.5% a un gusto personal por el color; y un abanico del 13.1% se decantan, en general, por la mezcla de las dos primeras.

El 12.2% creen que un hombre (CIS/TRANS) dejaría de comprar un producto rosa porque no sería capaz de sentir el mismo nivel de excitación por las ideas asociadas. Un 22.6% dice que no, lo importante es el producto; un gran 58.3% cree que en ello influye claramente la educación recibida o su evolución personal al respecto; y el 6.9% hacen referencias a la psicología del color, o la diversidad de gustos.

Dominancia del rosa y compra

El 52.2% tienen una opinión negativa sobre la dominancia del rosa, el 33% se muestran indiferentes, y al 14.8% les gusta.

Sobre su reacción ante una mayor oferta cromática, el 2.6% dicen que comprarían menos; el 46.1% comprarían más, y el 51.3% no especifican cambios en los hábitos de compra.

Color inapropiado

Cuando se consultó (respuesta de opción múltiple) sobre la existencia de algún color que resultara inapropiado, agresivo o con sensaciones negativas, independientemente del motivo, un 33.9% dijo que cualquier color le parecía bien, algunos puntualizando que dependía del diseño del producto. El color que menos adeptos tiene es el marrón con un 32.2% que lo señala como inapropiado (supongo que atribuyéndolo a su punto más escatológico); los colores fluorescentes (22.6%), el amarillo (17.4%), el verde (16.5%) y los colores anatómicos (16.5%) son los siguientes colores menos apreciados de entre los propuestos.

Sorprende que el rosa tuviera un 2.6%, el azul un 4.3%, y que el morado fuera el único color con un 0% de inapropiado. Lo que me plantea, ¿debería ser el morado el nuevo rosa?

Sólo puede quedar uno

Se preguntó qué color preferirían si sólo pudieran tener productos eróticos de un color, ante esto el negro se puso en cabeza, seguido de cerca por el morado y de lejos, con diferencia, el azul y el rosa. Los rojos, verdes, blancos y colores anatómicos tuvieron una limitada, aunque presente predilección.

Producto erótico de regalo

Consulté sobre la elección del rosa ante un regalo para otra persona (CIS/TRANS e independientemente de su orientación sexual). Un 43.5% dijo que no compraría un producto rosa para una mujer, frente al 61.7% que no se lo compraría a un hombre, por el contrario, un 19.1% sí lo compraría para una mujer, y un 7.8% para un hombre; vemos aquí una pequeña representación de esa parte inherente al binarismo educacional.

En el caso de un regalo para una mujer, el 37.4% tienen opiniones diversas que varían, teniendo presente que depende de la mujer en particular, sus gustos personales, el precio o el producto en sí. Porcentaje que se reduce al 30.5% en el caso de regalar a un hombre.

productos eróticos
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Conclusiones

Aunque moralmente distamos de la dicotomía "rosa para niñas, azul para niños", sus connotaciones de género tienden a ser negativas, y nuestro color favorito no es principalmente el rosa; éste color predomina en los productos eróticos que compramos (o nos regalan), especialmente si somos mujeres.

Entendemos el morado como un color más neutral (no en vano es la mezcla cromática de azul y rosa), y el negro como segundo color presente entre nuestro repertorio erótico. El negro, cabe destacar, abunda entre productos BDSM (según la encuesta), que junto con accesorios y complementos puede incrementar la incidencia; en caso de haber consultado únicamente por juguetes (dildos, vibradores, plugs...), seguramente habría menor representación.

Culpamos a nuestra educación binaria de la elección cromática de las marcas, y nos convencemos diciendo que compraríamos más si hubiera más variedad; este asunto habría que verlo aplicado a la práctica y en según qué personas. Pienso que las personas que sufran más el peso del tabú de la sexualidad femenina, especialmente si han tenido una educación más conservadora, tendrían mayor reticencia a usar productos eróticos que no fueran rosas, por lo que una evolución educacional a todos los niveles sería imprescindible para poder gestar un cambio al respecto.

Es positivo descubrir que la gran mayoría opina, en una o más preguntas de la encuesta, que el producto y lo que ofrezca en sí es lo relevante, y lo que hay que tener en cuenta, más allá de la oferta cromática disponible.

Hay personas que creen que es la importancia que le damos a estos asuntos, como la referida encuesta, la que provoca esa distinción, que si no lo cuestionáramos acabaría desapareciendo. No puedo estar conforme, pues el no hablar de algo no lo hace desaparecer, al contrario, dejamos que permanezca como incuestionable. Es necesario que nos preguntemos el por qué, que pensemos si se trata de elecciones personales o dirigidas por una educación o un marketing estratégico.

La psicología del color adquiere gran relevancia entre las opiniones vertidas, y puede que precisamente sea ese parte del problema, asociar un género a un color junto con adjetivos que restan fuerza a la mujer como delicadeza, inocencia, sensibilidad... Y se la limitan al hombre al asociarse dichos rasgos a lo femenino. Sobre este asunto, no existe un color intrínsecamente masculino; pues, aunque el azul se asocia, no se le infiere esa propiedad, a diferencia del rosa y la femineidad.

vibrador rosa

Varias opiniones creen que esta encuesta, y el tema que trata, es otra forma de buscar el drama de la nada, que no existe problemática al respecto, o que el problema no es el color sino el tono o saturación del rosa. No obstante, no soy la única que se ha preguntado por este hecho, o cree que se necesita hablar de ello, y muchas personas somos las que nos planteamos de qué manera un color puede incidir en nuestra vida sexual y el desarrollo de la misma.

Finalizando, un comentario a la encuesta: "Los productos eróticos tendrían que ser multicolor, estilo arcoíris, o con estrellas, que es lo que vemos cuando los utilizamos". Porque definitivamente no hay que olvidar que ese es el fin de los productos eróticos, disfrutar de nuestra sexualidad, el placer y todos sus matices.

Productos eróticos de color rosa, ¿marketing, convencionalismo o simple estética? 

Lo que iba a ser un artículo ligero se ha acabado convirtiendo en un estudio que ha tocado la superficie sobre el porqué de la gran cantidad de productos eróticos rosas respecto a otras opciones cromáticas, la influencia de la educación y el peso de ésta sobre las técnicas de venta.

Parece que las tres: marketing, convencionalismo y estética, son pilares en esta cuestión, tomando especial protagonismo el convencionalismo y la educación recibida. Debemos tener en cuenta, positivamente, que es algo que con tiempo y trabajo (mucho), puede terminar desapareciendo, pero ¿queremos propiciar el cambio...?


Cuéntame en comentarios qué te han parecido las conclusiones, y si esperabas resultados diferentes.

10 comentarios:

  1. Enhorabuena por el post, un gran trabajo! Gracias por la mención!!

    Conclusión: Por favor queremos más colores!! ;)

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    1. Muchas gracias Ester. No pensaba yo que finalmente fuera a tener tanto jugo el asunto.

      Estoy contigo, MÁS COLORES!!

      Besotes.

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  2. Me ha encantado el post!! Yo la verdad es que soy de las que prefiere juguetes eróticos en otro color por ejemplo tonalidades de azul y verde llama mucho la atención! La gente se aburre con el rosa

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    1. ¡Gracias! Como yo entonces, con lo bonita que es la diversidad cromática...

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  3. Seria muy interesante conocer la opinión del fabricante LOVENSE.com ...dónde, a mi parecer, el color rosa es algo anecdótico primando la calidad del producto.

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    1. La marca tiene muchos productos rosas, y no creo que sea anecdótico. En esta encuesta no se ha revisado la calidad de un producto o marca concreta, sino cómo el rosa está presente en los productos eróticos con gran prevalencia.

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  4. A ver, ese juguete intruso/sustituto se elige subliminalmente de tonos rosados para que se familiarice con el color de los genitales.
    Como subliminalmente se eligen los plugs tirando a muy oscuros....

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    1. Para empezar, un producto erótico no es un intruso ni un sustituto. Para continuar, la teoría de que es para que se 'vaya a juego' con el color de los genitales, no tiene una buena base; teniendo en cuenta, además, que habitualmente no hay una cámara grabando si éstos combinan o no, y que ni la propia persona que los usa suele verlo mientras lo usa. Dudo que sigan el patrón que marcas.

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  5. Menudo currazo de post. Mis más sinceras felicitaciones por regalarnos tu tiempo y trabajo.
    Y como ya dije en su momento, yo soy de las que odia el rosa. Sí, reconozco que es por trauma infantil, mi madre era de las que tenía que vestir a su niña como Dios manda: vestido rosa, pelo recogido con goma o diadema rosa, calcetines calados blancos y zapatitos de charol negros. Yo era el perfecto kit al completo.
    En fin, que más diversidad y menos rosa, pro favor.
    Besicos.

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    1. Gracias amor! Otras, tu madre si que era una pro en eso del uso del rosa... Es normal la aversión que sientes, jajajaja.

      Por más productos de otros colores (que no será por opciones)!!

      Besotes.

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