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21 de septiembre de 2016

Fetiches al descubierto



Todos tenemos fetiches. Puede que no los tengamos como tales porque con la palabra fetiche (todavía) esperamos encontrar algún gusto extraño, poco usual, incluso con tintes sórdidos. Lo que pasa no es que no tengamos fetiches, nos falla el valor o definición que le damos a la palabra.

'Soy fetichista' puede sonar impactante según para quien, imaginar que lo que le gusta es tan prohibido o tabú que no puede decirlo abiertamente. Cuando, en realidad, declararse fetichista es declarar nuestro amor o atracción por algo, a una práctica, una zona del cuerpo, un objeto, algo totalmente inesperado...

Hace unas semanas comentaba el caso del pretendiente de un amigo. Éste se excitaba cuando le tiraban pedos en la cara, y de ahí surgió la idea de recopilar fetiches curiosos que tuvieras o alguien te hubiera comentado.

En breve ponemos fetiches al descubierto, pero antes quiero reflexionar un poco.

¿Qué entiendes por fetichismo? 

Según la R.A.E, fetichismo es:
1. m. Culto de los fetiches.
2. m. Idolatría, veneración excesiva.
3. m. Psicol. Desviación sexual que consiste en fijar alguna parte del cuerpo humano o alguna prenda relacionada con él como objeto de la excitación y el deseo.

A mí me gusta pensar que es la declaración de algo que te gusta y/o te excita, independientemente de su contenido o atributos sexuales. 


Pensando en mis propios fetiches, mi primera respuesta fue que no tenía ningún gusto fuera de lo normal, y me quedé tan ancha. Pero unos días después volví a darle vueltas y empezaron a brotar muchas cosas que, racional o irracionalmente, me estimulaban, excitaban, ponían o erotizaban. Quizá algunos no sean fetichismos en sí, sino extrañezas, creo que depende de la percepción de cada uno, pero...

...me parece erótica la caligrafía. Curioso teniendo una letra de lo más espantosa e ilegible. Pero me refiero a esa caligrafía elaborada, con trazo meditado pero rápido y armonioso, los pases lentos para matizar y la facilidad que desprende.

...me pone ponerme a cuatro patas. No hace falta que esté follando, puedo hacerlo sola en casa, y acabar calentándome sólo con eso, imaginando alguien detrás, aferrándose a mi culo. Tampoco pienses que mojo braga al agacharme a recoger algo, es más bien psicológico.

...me excita hacerme fotos eróticas que luego ven la luz en contadas excepciones, me pone imaginar una escena sexual conmigo como protagonista, viendo mi cuerpo tomando posición, visualizando la escena desencadenada por una pose determinada, me pone verme erótica, qué coño.

...me encantan unas manos fuertes, masculinas, alguna reminiscencia de eso de la protección del macho, a saber...

...me excita que me empotren, no hablo de acrobacias sexuales, me vale un beso de los que hace falta una pared detrás para no caerse del ímpetu, pasión y tensión sexual.

...me estimulan las miradas y las sonrisas pícaras, esas que apenas son perceptibles para los demás, pero que dicen mundos para ti y la otra persona.

...me pone ver la cara de placer y cómo hago volar a un hombre comiéndole la polla. El poder de la mamada me embriaga.

...me excita probar cosas nuevas, sean éstas comunes o extraordinarias. El descubrir nuevas sensaciones, dejarse llevar por el rol representado, la técnica explorada o los juguetes empleados.


Son mis fetiches, lo que yo considero como tal en mi vida, al menos alguno de ellos. Cosas que, independientemente de las personas implicadas, me excitan y me hacen seguir buscando eso que tanto me gusta. Qué son los fetiches, al fin y al cabo, si no cosas que nos gustan... ¡Oh, parafilias, cuánta variedad!

Ahora que ya te he contado alguno de los míos, veamos qué fetiches curiosos se han mencionado en la encuesta. ¡Redoble de tambores, por favor!

Empezaré diciendo que el 51.3% considera que no tiene ningún fetiche fuera de lo común. De entre el 48.7% que dicen sí tener alguno que otro, destaca el fetichismo de pies con creces, quizá el más generalizado globalmente de entre todos los indicados, pero hay más...

La ropa interior ajena y el bondage son otros de los más manifestados, y encontramos cosas realmente curiosas como las pieles pálidas, las barbas, las cadenas como ornamento, las lágrimas, la capnolagnia (fetiche basado en la visión de una persona fumando) o las piruletas de fresa.

Ser forzado sin protección, el pegging, la odaxelagnia (morder y ser mordido), cuerpos aceitosos o extremadamente húmedos, practicar el beso negro o el uso de enemas son otros de los fetiches confesados.

A la hora de poner la oreja ante las confesiones ajenas, el 89.7% dice mostrar interés ante cosas tan interesantes, el 5.1% no habla de sexo (venga ya, ¿por qué?), el 2.6% no ha querido escuchar, y otro 2.6% dice no querer saber esas cosas de la gente que les rodea.


Ante la pregunta de si les habían propuesto poner en práctica el fetiche curioso de alguien, el 48.7% dice que les ha pasado y que probaron (cuán fantástico es probar cosas nuevas), el 30.8% dice que no le proponen ni ir al cine (habrá que ponerles en contacto con quienes no tengan con quien poner en práctica su fetiche), y al 20.5% se lo han contado, pero no les convenció probarlo (no siempre nos apetece o nos decidimos a probar).

¿Qué fetiches curiosos propusieron o contaron a los entrevistados? Nuevamente el foot fetish o fetichismo de pies lidera la lista, acompañado de cerca por el bondage y la ropa interior, desde no llevarla, jugar con ropa interior ajena, a lamerla. El látex también tiene un gran público (aunque no lo recomendaría en verano), practicar sexo anal a un hombre, así como el concepto voyeur viendo a la pareja follar con otra persona, o que un tercero de órdenes y observe la acción.

Eso no es todo, hay más fetiches al descubierto, como follar en lugares públicos, tener sexo con una embarazada, penetración extrema con un vibrador de grandes dimensiones (cosa para la que aconsejo tener cautela, que luego que nos astragamos...), follar con alguien dormido, comer de una bandeja humana, excitación al hacer cosquillas, el spanking en plan pro (una buena sesión de azotes), lluvia dorada, asfixia erótica, travestismo, sexo con disfraces o siguiendo algún rol, y wet and messy (que viene siendo la excitación cuando grandes cantidades de una sustancia se aplican sobre el cuerpo, cara o ropa).


Y dentro de los que más me han llamado la atención está el hablar de ex parejas mientras se folla, la excitación cuando se discute con la pareja, ser abofeteado por un par de tetas enormes, y follar con su chica llevando ella un casco de Darth Vader puesto (morbo friki).

Qué, ¿ahora te atreves a decir que no tienes ningún fetiche fuera de lo común, o te ha servido esto para lanzarte y admitir aquello que tanto te gusta o intriga y no quisiste reconocerte? La sexualidad es libre siempre que sea consensuada. No temas explorar nuevas prácticas, dejarte llevar ante propuestas interesantes o abrirte a la posibilidad de compartir aquello que tanto te gusta.

Fetiches al descubierto pero, ¿has descubierto ya tus fetiches?

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