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20 de abril de 2016

Pollazo en la cara, risas y agujetas (Con Dani)

a cuatro patas

Como te he comentado antes, Dani era un nefasto amante, egoísta y peliculero, y yo un poco mojigata, muy inexperta, insegura y complaciente. Una combinación terrible pero que al cabo de seis largos años dejó un montón de anécdotas.

Risas, indignación, exhibicionismo, provocación, juego, desastre... Como por ejemplo:

Junto al cuartel
Todavía no habíamos pasado a mayores, el sexo entre nosotros se limitaba a alguna paja o intento de mamada furtiva en su coche. Una de esas noches tontas que acabamos en su coche paramos junto a una tapia iluminada. Tonteamos, nos morreamos, empezamos a meternos mano y acabé con su polla en la mano para más tarde sustituirla por mi boca. No fue hasta pasado un rato, cuando me cansé de comer esa polla lenta y volví a la mano, que me dí cuenta de que estábamos junto a un cuartel militar, con una maravillosa cámara de seguridad enfocándonos. Me da que alguien se lo pasó bien observando las grabaciones...

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¿Un billar?
Acepté tan casta proposición porque, aunque no soy una gran jugadora, me gusta y no se me da del todo mal el billar, así que, ¿qué podía pasar si jugábamos una partida? No recuerdo quien ganó, pero sí que después subimos a la parte de arriba, llena de los sofás más incómodos que recuerdo dispuestos en pequeños grupos, como aportando un mínimo de intimidad. Hablando y comentando la partida nos besamos y empezó a meterme mano sin pudor alguno. Que igual pasa ahora y le acabo haciendo una paja en el bar, pero en aquél momento me moría de la vergüenza y temía que en cualquier momento alguien vendría a llamarnos la atención.

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En el after
Hace años, muchos muchos años, iba alguna vez a un after de la ciudad con mis amigos. El sitio tenía una pista de baile muy bien iluminada, y bordeando todo el local una fila de sofás con zonas muy oscuras, lo que daba bastante margen -si no te cortaba el rollo nadie de seguridad- a hacer muchas guarradas. Por esas fechas aún no había salido de mi crisálida sexual, y a lo más que me atreví fue a restregarme contra él. Jugué como si me fuera la vida en ello, era más que evidente la gran erección que retenían sus pantalones. El momento más calientapollas de toda mi historia, fue ese. Al salir del bar a mí se me acabaron las ganas de jugar y me fui a casa sola, pero joder lo gorda que se le puso...

polla grande

Pollazo en la cara
Hacía poco que habíamos empezado a acostarnos. Follábamos de vez en cuando en mi casa y aunque no era de lo más satisfactorio, no había otra cosa -conformista que era una...-. Estábamos tumbados desnudos, besándonos y calentándonos cuando se puso de pie, se acercó a la altura de mi cabeza que descansaba en la almohada, hizo un gesto acercándome la polla a la boca, y obediente que es una -cuando quiere-, empecé a comérsela. Le veía disfrutar de la mamada cuando le dio por comenzar a follarme la boca. Me aparté de su polla y le dije que a follar bocas -y más con ese pollón- se iba a otra cama, y proseguí con mi tarea. Como ya te he comentado otras veces, tardaba mucho en correrse, así que hubo un momento en el que me cansé de forzar el cuello y paré. Su ocurrencia fue agarrarse la polla y arrearme un pollazo en la cara con una sonrisa socarrona en sus labios. Mi respuesta fue una bofetada y la amenaza de que como se le ocurriera repetir se la cortaba. Y oye, no volvió a probar.

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Perdido
El problema de este hombre con los condones no era normal. Cada polvo que echábamos gastábamos una media de 3 condones, uno para follar y dos que se cargaba al ponérselos mal antes de follar. Que mira que ceden, que hay quien mete la cabeza dentro, pero para él era casi imposible ponerse uno en la polla sin rasgarlo de alguna manera. Una de esas veces, cuando ya estábamos en pleno fulgor, me paró en seco, y con la cara compungida me dijo 'lo he perdido'. Ni puta idea tenía de qué es lo que había perdido, ¿el orgasmo, la postura, el punto, el cond....No, no puede ser el condón...! Me quedé expectante a que concretara la pérdida y por fin arrancó 'he perdido el condón'. Y no es que hubiera perdido uno que tuviera en la mano, que estuviera en la cama rulando para el próximo, o de esos que ya había roto. No, no, había perdido el condón que llevaba puesto. Dentro de mí. De no ser por la confianza que teníamos por entonces, que sabía que no se acostaba con nadie más, y que yo estaba tomando la píldora, me habría muerto de miedo allí mismo. Se ofreció a ayudarme, pero estaba tan rebotada que me levanté corriendo al baño para sacarlo, pero cuando llegué otro miedo me asaltó -ponerse de los nervios es lo peor que se puede hacer, pero es innevitable-, el miedo de tener que acabar en urgencias para que me lo sacaran porque aquello no salía, si es que acaso lograba rozarlo apenas con las puntas de los dedos. Finalmente, tras una pseudo dislocación de muñeca, posturas imposibles y hacerle callar mil veces a través de la puerta, el condón salió, y yo di por terminado el sexo de esa noche. Cuando me reboto es mejor ni mirar en mi misma dirección...

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Tomamos algo y para casa
Ni sé de dónde veníamos, sólo que el plan era tomar algo en el bar más cercano a mi casa y marchar, cada uno a la suya. Llegamos, aparcó frente al bar y nos morreamos un poco, que al rato se convirtió en un mucho y acabamos en el asiento trasero. Con los pantalones por los tobillos, cabalgando sobre él, restregándome, empañando los cristales y poniendo a prueba los amortiguadores justo enfrente del bar más cercano a mi casa... Muy discreto todo. De esa saqué el morbo que me da jugar 'donde no debo', que soy incapaz de correrme en esas situaciones por más que me gusten, y que de alguna manera es posible perder la tapa del tacón de unas camperas follando a lo amazona, qué irónico...

placer

Se acabó
Hará unos seis años -mi memoria recuerda cosas a su manera- me invitó a conocer su casa. Había comprado un piso pero como le costaba pagar la hipoteca seguía viviendo con sus padres y tenía una habitación alquilada (la otra la usaba de picadero, con su espejo sobre el cabecero y todo). Antes de llevarme a conocerla paramos en un par de bares a tomar unas cañas, y recuerdo perfectamente, como si fuera ayer, lo deprimida que me dejó, y las pocas ganas de follar que tenía tras la charla. Por aquel entonces yo no pasaba mi mejor momento, de hecho estaba de baja por depresión, así que su compañía me estaba sentando de puto culo logrando anular los escasos efectos que me hacía la medicación, quería irme a mi casa, hacerme un ovillo en la cama y no salir en años. A pesar de eso seguí adelante, a peor no podría ir.... Llegamos a su casa, me la enseñó, y nos sentamos en el sofá a MIERDA, antes de que pudiera decir nada ya tenía su lengua dando vueltas por mi boca, sus manos arrancándome la ropa y su pantalón apuntándome. Mi nivel de excitación estaba en un -5000 (entre mi estado mental y la charla deprimente no era de esperar algo mejor), y cuando llegamos a la cama y quiso echar mano al coño el grito que pegué se tuvo que oír hasta en el último bar en el que me había aburrido. Nada de lubricación, ni un poquito de saliva. Supongo que esperaba encontrarse un coño húmedo y chorreante, en cambio aquello estaba más seco que el Gobi. Conseguí que humedeciera los dedos antes de volver a tocarme con ellos y comenzamos a jugar más en serio.

Cuando llegó el momento le pedí que sacara un condón, y su cara no tuvo precio. 'Ehm... No tengo...'. ¿Perdona? '¿Me estás diciendo que me has escrito esta tarde proponiéndome sexo en TÚ casa, que hemos estado en la calle y pasado por varias farmacias abiertas y algún dispensador de condones, que sabes que tengo condones en casa, pero ni se te ha ocurrido comprar ni pedirme que trajera de los míos...? ¿Eres gilipollas?'. No hacía falta que respondiera, lo era, no cabía duda. Lo menos que puedes hacer cuando propones sexo (y más si es en tu casa) es tener condones, o la picardía de pedirle a la otra persona que lleve. Cosa extraña en aquellas fechas, llevaba un condón en el bolso que salvó la jugada (desde entonces llevo 3 en una condonera). Nos pusimos al lío, y después de un rato follando a cuatro patas se le ocurrió probar suerte por caminos más estrechos. Estaba claro que su polla no iba a entrar en mi culo, A) porque estaba más cerrado que la mente de un Opus Dei; B) porque la quería meter a traición; y C) porque ni de coña iba a dejar que me desvirgara el culo con semejante polla. Y el azar, el destino, el karma, o lo que coño fuera le jodió la idea cuando en el primer momento que hizo intento de metérmela el condón se rasgó. A tomar por culo el ÚNICO condón que teníamos para toda la noche.

Ahí se me hartaron los ovarios y le espeté 'pues yo no me quedo sin mi orgasmo', que él entendió como 'vamos a follar a pelo' y yo borré esa idea al sentarme apoyada en el espejo del cabecero, abrirme de piernas y apartarle con el pie de la que se acercó a mí. 'Si quieres miras, pero ni voy a follar sin condón ni voy a tocarte'. Y de pronto, sin darme cuenta, di un paso muy importante que marcaría un antes y un después en mi vida sexual. Me puse firme y en plena depresión una extraña seguridad en mí misma me inundó, se acabó el follar por follar, se acabó el irme a casa con las ganas de un orgasmo, se acabó olvidarme de mí. Y entre gemidos, con su mirada atenta en mí y sus manos estrujando su polla, mis dedos me dieron el primer orgasmo con un tío, aunque él estuviera a un metro de mí...

Tras ese orgasmo de una trascendencia que tardaría en comprender, me di media vuelta y me tapé con la manta. Mi idea era descansar un poco y que al rato me llevara a casa, pero cuando volvió del baño se metió en la cama, apagó la luz y me dio las buenas noches. No me esperaba dormir por primera vez con un tío de esa manera, pero fue una experiencia, llena de ronquidos, insomnio intermitente -me pasa siempre que duermo en casa ajena-, ganas de marcharme y una sensación extraña de poder. De alguna manera me di cuenta por fin de que no quería acostarme con él, no me aportaba nada, no disfrutaba realmente. Y debió ser verdad, porque no he vuelto a acostarme con él.

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En las charlas con mis amigos, cuando relataba la jugada y compartía los detalles de cada uno de los encuentros, acababan flipando y partidos de la risa. Por mi parte, siempre acababa con agujetas tras largos polvos, y sin poder reírme bien durante cuatro días de lo que me dolía la mandíbula por comerme esa polla. Aprendí entonces que una polla grande no sirve más que para grandes agujetas si no sabe moverse, y si quien la maneja no tiene nada en el cerebro. La historia con Dani dejó sus experiencias, sus recuerdos, sus agujetas, sus risas, pero no es de esos capítulos que quieras volver a ver.

Dani sigue escribiendo de vez en cuando, intentando calentarme, escribiéndome borracho diciendo las ganas que tiene de verme, invitándome a café, proponiendo compartir condones, queriendo recordar viejos tiempos... Mi respuesta siempre es la misma, '¿qué tal tu novia...?'.

12 comentarios:

  1. Nos ha encantado! :-) Nosotros nos quedamos con más ganas de Dani o quien sea :-P

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    1. Me alegra saberlo!! Habrá más, aunque creo que Dani ya ha hecho lo que tenía que hacer aquí, pero sí habrá otros protagonistas ;)

      Besotes.

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  2. Oh my God este Dani, "Las Aventuras de Daniel el Terrible " qué alucinante cómo desdramatizas las historias, no he parado de reír, aunque otrora no te causara más gracia. Llegó el final de las aventuras con Dani ??? lo vos a extrañar muchísimo !!!!! al menos por su gran polla !!! Gracias Gwen, como siempre, eres una genia...y me debo aún continuar con Mi Primera Vez, pero el tiempo me tiraniza, tengo 3 comunidades y tres perfiles hiper activos, el apartamento, 3 gatos...jaja y los extras a cualquier hora !!! BESOTES, siempre es un 'placer leerte.....y SI ...somos genéticamente idénticas...pero nunca me duró un Dani 6 años, sólo media hora...jajajaja

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    1. Habrá otros, mejores, peores, con pollas más pequeñas, más grandes, mejor empleadas... Queda mucho por contar aún... ;)

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  3. Podría decirse que acabas de contarnos otra "Primera Vez"!! Me ha encantado, fantaseo mucho con lo de tocarme a un metro de distancia con el otro simplemente mirando, pero aún no he tenido el placer.
    Veo que vamos sobradas de capullos egoístas, a tomar por culo el Dani este! ;-)

    Besitos guapi!!!

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    1. Pues tiene morbazo. En esa ocasión quizá no mucha (estar cabreada no ayudó), pero bien hecho, puuuf! Ya contaré, ya...
      A la mierda los capullos! A partir de aquí mejora un poco, pero de vez en cuando siempre aparece alguno para que no se te olvide lo vivido...

      Besotes.

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  4. Joder con Dani, si ya ha hecho lo que tenía que hacer, pues a por otro protagonista!!
    Muchos besitos y feliz jueves.

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    1. Sí, tuvo un papel importante en su momento, pero había que dar paso a protagonistas con tramas más interesantes ;)

      Besotes.

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  5. Pobre Dani... seguro que te echa de menos. Por cierto, seguro que sois una leyenda para los del cuartel xD

    Un Croak!!!!

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    1. Dani echa de menos mi boca, y en tal caso mi coño, lo que se dice a mí, como persona, lo dudo... xD Quien sabe, igual todavía rulan imágenes de aquella noche, jajaja.

      Besotes.

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  6. Estoy con las ranitas, esa grabación tuvo que animar más de una guardia, jajaja.
    Que de historias tienes en la recámara, pero mira, me alegro de que, tras varios tropiezos, aprendieses la lección y ¡que le den!
    Besico

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    1. Todo con Dani fue una experiencia, cumplió su función en aquel momento y me sirvió para coger algo de práctica en el sexo y para, al final, sentirme más segura de mí misma. ¡Siguiente! Jajajajaja.

      Besotes.

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Me encantará saber su opinión...