-

7 de septiembre de 2016

Maratón sexual

 

Aún dura la resaca de los Juegos Olímpicos, y qué mejor momento que éste para hablar de maratones sexuales...

Antes de que empieces a preguntarme dónde se celebran, te diré que hago referencia al maratón sexual que cualquiera puede montarse con lugar y compañía, no de ningún evento multitudinario, a menos que quieras una orgía, y en ese caso no me preguntes, porque no tengo ni idea de si hay alguno, ni de cómo organizarlo debidamente (aunque si de organizar se trata.... bueno, que me desvío).

En concreto hablo del maratón sexual que ocasionalmente organizo cuando los astros son favorables, tengo la casa sola, amigos a los que invitar, y unas ganas locas de disfrutar y pasarlo bien. Esto no quiere decir que siempre que se den todos los requisitos monte maratón sexual, si no que a veces se necesita montar el maratón para exprimir días libres, desestresarse, o para hartarse a follar y paliar las ganas que no han tenido oportunidad de ser saciadas durante mucho tiempo.


¿Qué es un maratón sexual? Pues ahí depende de cada uno. Para mí es ese día, o días, en los que quedo para follar con más de un hombre -por turnos, los tríos no son tan 'fáciles' de cuadrar-.

Hace ya casi un año -madre, cómo pasa el tiempo-, del mayor maratón sexual que recuerdo haberme montado. Mi madre se iba dos noches y dos días, y hacía mucho que mi cuerpo serrano no tenía una fiesta en condiciones. Debía, por obligación moral hacia mí misma, aprovechar cada momento disponible entre las habituales obligaciones. 

Así que tiré de agenda, en estos momentos es cuando más partido se saca a una, más que decente, variedad de follamigos, y empecé a planificar encuentros. Valga decir que esto requiere organización, sinceridad siempre que sea posible, y un don natural para solucionar infortunios. Además de exponerte a posibles bajas a última hora y/o cambios de horario.


Hablé con varios amigos, dejando caer que pronto estaría sola. Lo bueno de la confianza, y tener cierto poder de persuasión, es que no hacen falta muchos detalles, una hora y un sitio son más que suficientes si te lo montas bien, eso sí, habiendo prevenido posibles retrasos de agenda, duchas, cambios de sábanas y demás parafernalia.

Primer turno

El primero siempre es más sencillo, te pilla fresca, con todas las ganas, y como fue el caso aquella vez, con ese plan como único de la noche, lo que te da tiempo de sobra para poder dormir y descansar además de adecentar la casa tras su marcha.

Leo, de quien ya te hablaré en otra ocasión, tiene sus virtudes, como todos, pero ese día vino encendido -más de lo normal-, dispuesto a mostrarme lo que había aprendido en esos meses en los que no conté con él para noches libres. 

Acabo pensando que me sirven comida rápida a domicilio, por eso de que cuando abro la puerta ya está caliente y preparado para comer. Pero aquella noche no fue tan rápida, aunque sí caliente, muy caliente. Uniforme de maratón (bragas y camiseta) y apenas un 'hola' saltó de sus labios antes de devorar los míos; así da gusto recibir en casa...

Extrañamente a su costumbre, se centró primero en mí placer, mucho. Jugó y jugó con mi coño todo lo que quiso y más, y sólo cuando ya estaba mordiendo las ganas de correrme hizo alusión a su polla y a sus ganas -evidentes- de que se la comiera. Por primera vez esa mamada estaba más que merecida, dejando el egoísmo aparte, había hecho gala de aquello que aquejaba en mi relación con él, un poquito de generosidad placentera, y lo que quedaba por delante...

Empezamos a follar, despacito, dejando que me derritiera por el coño deseándolo todo, para después darle caña con ganas mientras yo me acariciaba el clítoris con un vibrador. No se hizo esperar el primer orgasmo, intenso mientras él me penetraba, y antes de que pudiera recuperarme, el segundo. La intensidad creció, tanto que de un empujón hacia mi fondo nos fuimos al suelo al partirse las patas de la cama. La pobre, ya estaba sufrida. Y sin lloros ni pausas, tiramos el colchón al suelo y seguimos, y poco más tarde el tercer orgasmo acompañado de su primero. No lo podía creer, era inaudito que me hiciera gozar tanto en tan poco tiempo, pero ay cariño, que había más...

Y yo ya pedía clemencia. Una cosa es correrse diez veces sola, y otra hacerlo tres acompañada mientras te pegan una follada de infarto. Me tumbé en la cama -o lo que ahora era un simple colchón en el suelo-, recobrando la respiración, y su mano paseó hasta mi entrepierna. Le pedí tiempo muerto, era incapaz de poder sacar más de la caja de los orgasmos, o eso creía.

Se colocó a mi lado, sentado sobre sus talones, dispuso la mano en mi coño con la conocida técnica 'Spiderman' -sabes a lo que me refiero, lo sé-, y me meneó como si no hubiera mañana. Le dejé hacer porque estaba tan cansada, y tan convencida de que no conseguiría nada, y menos si mis músculos pélvicos recibían la señal de permanecer inmóviles. Pero ay, ¿qué coño era eso? Un escalofrío recorría todo mi cuerpo con la pelvis como centro, y sin quererlo ni buscarlo, se transformó en un orgasmo, y mi coño empezó a chapotear sobre las sábanas. ¿Me estaba corriendo, es su sentido más eróticamente literal? ¿Estaba teniendo mi primer squirt? Pues sí, y otro, y otro, y otro más. Siguió y siguió hasta que los espasmos que me provocaban sus movimientos en mi interior se hicieron apenas perceptibles, y mi cara mostraba éxtasis e incredulidad a partes iguales. Joder, no me había corrido a fuente, pero sí en aspersión, ¿dónde cojones había aprendido a hacerlo bien, y si hacía tiempo de ello, por qué no lo había hecho antes?

Al rato, y antes de irse, repitió la operación. Ni que decir tiene que no pude dormir con esas sábanas de lo mojadas que estaban. El mejor polvo que hemos echado juntos desde que nos conocimos hace cinco años, sin duda. Dormí como una bendita, y no es para menos dado que ya se había encargado Leo de bendecirlas con flujo sagrado...


Segundo turno

Polvo de desayuno. ¿Qué mejor forma de empezar el día, y más tras una noche como la anterior? Un amigo de confianza, de los más nuevos a pesar de llevar jugando ya casi tres años -¿qué? Hace tiempo que no renuevo agenda, he estado ocupada-. Puede que sea con el que más confianza tenga de todos, y con el que sea más sincera, y él conmigo. Hablamos, follamos, gozamos, nos contamos aventuras con otras personas, volvemos a follar... ¡E incluso a veces quedamos a tomar una cerveza y no follamos...!

Nada más llegó le expliqué el motivo real por el que el colchón estaba en el suelo. Risas y sexo, eso fue lo que pasó. Ni juzgó, no se ofendió, y eso es amistad... Dos polvos a cuatro patas sin sacarla, sendos orgasmos y, ¡siguiente! No me veas con prepotencia, con él las cosas son sencillas y rápidas, también se necesita algo así de vez en cuando.


Tercer turno

Alex, mi amigo el casado, de quien ya sabrás si has leído mi capítulo de #PrimeraVezBook, aquel que me descubrió los orgasmos por cunnilingus.

La tarde empieza bien, el recibidor sube la temperatura y rivaliza con la del centro del sol. Sus besos, oh sus besos, sus manos jugando con mi cuerpo, recorriendo cada rincón, buscando la humedad que se hacía cada vez más notable. Vamos al dormitorio, y vuelvo a explicar la historia del colchón, en su versión más sincera sin entrar en detalles, con él me guardo algunas cosas.

Me come el coño como si no hubiera mañana, como sólo él me lo come; me derrito a cada caricia de su lengua y ansío más, todo lo que pueda darme en el poco tiempo que tenemos. Le devoro, porque no tengo otra manera de demostrar mi gratitud por su empeño. Recorro su polla con mimo, haciendo que sus ojos se entornen y que aquello que me dice de 'diosa del placer' adquiera todo el sentido. Exhaustos caemos en la cama entre caricias y besos, guiños y sonrisas. Habrá más, pero los pulmones reclaman oxígeno. 

Nos liamos hablando, creo que ya se va pero de pronto mete la mano entre mis piernas y me quita la idea. Me come el coño de nuevo, me folla, me pone a cuatro patas y veo Casiopea y la Osa Polar. Se nos va de las manos, totalmente, todavía no hemos terminado y falta poco para el siguiente turno. Le hago parar un momento, cojo el teléfono y le digo a Many que voy con retraso -obviamente no entro en detalles-, dice que no hay problema y quedamos más tarde. Prosigo con lo que estaba.

Me corro de nuevo; ya he perdido la cuenta de las veces que lo he hecho con él, como para saber las que llevo en el maratón entero. Me deja rota, para meterme en la cama y dormir. Promete traerme el desayuno al día siguiente, yo sólo pienso que no he acabado aún...

La sudada que nos hemos metido ha sido tan épica, que no sólo tengo que cambiar las sábanas, sino girar el colchón y poner una manta previa a las sábanas limpias para frenar la humedad que traspasa. Ducha rápida, cena exprés, llaman a la puerta y yo sólo quiero dormir...


Cuarto turno

Ay mi madre, ¿por qué seré tan astragada? Estoy para el arrastre, me apetece dormir y voy y dejo para el final del día el tío con el que cada polvo dura mínimo una hora, ¡piedad!

Le recibo, dejo caer que estoy cansada, que tengo contracturas... Me da un masaje en los hombros y sus manos empiezan a bajar por mi pecho. Me he metido yo sola en este lío, así que intento salir de la mejor manera, no en vano el pobre ha venido una hora más tarde, hacía mucho que no le llamaba, y se está esmerando.

Empieza a meterme mano y le aviso que mi cuerpo da para poco, que como mucho puedo hacerle la estrella de mar. No es que no me ponga, pero no imaginé tanto desgaste, ni que todos vendrían dispuestos a agotarme en cada asalto, como sabiendo que cuanto más me cansaran menos de mí tendría el siguiente. Se pone al tajo, me masturba, me come el coño, se la como un poco sin mucha energía, me folla, me corro... Ole, ni tan mal.

Hablamos, hablamos, y seguimos hablando mientras mis ojos van cayendo poco a poco por las toneladas que parecen pesar. Se pone tonto de nuevo -¿cómo coño ha pasado? No he hecho nada. Igual tengo que empezar a taparme tras follar para evitar tentaciones, sobre todo cuando mi cuerpo está al límite-, y yo, que soy gilipollas y algo masoquista, me pongo de lado haciendo la cucharita, coloco su polla entre mis nalgas y empiezo a pajearle moviendo el culo. Puse el automático, y cuando me di cuenta llevábamos un rato follando en esa postura, y el muy cabrón me dejaba hacer todo el trabajo, joder, no podía con la vida, hoy día ya no se puede hacer la estrella de mar sin que te acaben liando para algo más. Nos corremos ambos y yo paro en seco.

Ahora ya sí, me estaba quedando dormida y él hablando sin parar. Me pareció de mala educación dormirme, y también echarle tan pronto, así que confié en que se daría cuenta de que quería que se fuera. No pensé que tardaría tanto. Ni me levanté, me quedé en la cama viéndole marchar. Creo que todavía se pregunta porque el colchón estaba en el suelo...


Quinto turno

La madre que me parió, quería dormir y llaman de nuevo a la puerta, que sea de día y haya quedado -de nuevo- me importa menos que mi cansancio. Aún así me levanto... 

Lo prometido es deuda, y ahí estaba mi desayuno en manos del casado -que parece que no tiene nombre pero sí, solo que todavía no le he rebautizadoAlex-. Ya poco daba de sí, sólo quería dormir. Me dolía el cuello, los brazos, las piernas, la mandíbula, joder, ¡me dolía hasta el coño!

Una comida de coño que costó horrores que lograra un orgasmo, el cual tuve que sacar del fondo, los otros los gasté con los demás encuentros. Una mamada, polvo rápido, y la paz llegó, por fin.

Agotada, reventada, extasiada, satisfecha, dolorida, saturada, pero mereció la pena... ¿Ahora entiendes por qué no lo hago a menudo? 

Y tú, ¿te has montado algún maratón sexual, con tu pareja quizá en un día non-stop, algún repaso de agenda como el mío, te gustaría hacerlo, crees que me pasé de invitados...? Cuéntamelo en los comentarios...

8 comentarios:

  1. Eres mi ÍDOLA...
    Mis sesiones son más cortas...no me imagino un fin de semana...
    pero todo es intentarlo, jajaja
    un placer leerte

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jajajaja, mi trabajo costó, y tardé en recuperarme de aquello, pero me quedé de un a gusto...

      Si lo vas a intentar te recomiendo alguna bebida isotónica, no hacerlo en verano, y comer plátanos entre sesión y sesión para evitar las agujetas ;)

      Me alegra verte por aquí. Besotes.

      Eliminar
  2. ¡Uff! yo no digo que no te lo pasaras bien, que ya veo que te lo pasaste muy requetebien, pero mira, a mí me has agotado. Entre el calor que tengo y el cansancio acumulado de no poder dormir por el dichoso calor, creo que me ha dado "flato empático" en el tercer turno.
    Con tu permiso, te dejo para ir a por esa bebida isotónica que necesito recuperar líquidos.
    Besicos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Agotador es, te doy toda la razón, pero te quedas de un a gusto... xD Eso sí, es para hacerlo muy ocasionalmente, eso, o contar con un equipo médico que monitorice las constantes, jajajaja

      Ve a por la bebida isotónica, en seguida voy a acompañarte con otra ;)

      Besotes.

      Eliminar
  3. ¿Cada cuánto son los Juegos Olímpicos?
    No sé para qué pregunto si en Google está todo. Tokio 2020, si no leí mal. Son cada cuatro años. Decía por el tema de entrenamiento. No se puede decir que tu performance haya sido mala, Dios nos libre. Al contrario, buenísima. En eso las mujeres nos llevan mucha ventaja. Muchísima, para ser sinceros, pero no nos centremos en las diferencias.
    A mí me habían contado que los hombres somos los cazadores y las mujeres las que cuidan del hogar. Una gran mentira, como la de Papá Noel. Leyendas para épocas más civilizadas.
    Besos & abrazos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No creo que en estas cosas llevemos la ventaja las mujeres. De hecho seguimos luchando contra el estigma de vivir libremente nuestra sexualidad, poder acostarnos con quien queramos sin que nos tilden de zorras, los hombres en cambio se han vanagloriado de sus conquistas, exagerando éstas incluso.

      Las mujeres no tenemos ventaja, solo que ahora nos importa una mierda lo que piensen de nosotras, y hay quien tiene la suerte de cruzarse con nosotras y disfrutar de esos momentos de expansión sexual. Puede que ahora nos parezcamos más hombres y mujeres, perdiendo el pudor a una vida sexual satisfactoria, plena y variada.

      ¿Antes eran épocas más civilizadas? ¿Como cuando el hombre cazador arrastraba a la caverna a la mujer para penetrarla como si fuera éste su único propósito en la vida...? Dejemos el pasado en su lugar, los tiempos han cambiado, y los maratones sexuales son posibles para quien se los proponga...

      Gracias por tu visita. Besotes.

      Eliminar
  4. ¡Cómo mola leer tantos detalles! XD

    Aunque sigo receloso respecto a todo lo que no sea participar en el primer turno, no dudo de que tu te lo pasaste de maravilla. Eso sí, ¡pobre cama! Igual para la próxima tendrías que plantearte tener 4 titulares y un reserva, como si se tratase de fútbol XD

    Además, esto es un privilegio de las mujeres me temo. Creo que el 99% de los hombres no podríamos montar uno de estos y aguantarlo ni de coña. No sin drogas, ya me entiendes :D

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lo mejor reside siempre en los detalles... ;)

      ¿Por qué esa reticencia a estar en otro turno? ¿Por no pillar el minuto cero, o por crees que se es segundo plato? Estas cosas sólo se pueden hacer de vez en cuando, y también te digo que si hubiera una persona con la que me compenetrara bien y tuviera disponibilidad no dudaría en montarme el maratón con un único primer turno extendido, pero hago lo que puedo con lo que 'tengo'... La cama, pobrecilla. Con la nueva me da miedo darle rienda suelta, no puedo cargarme otra tan pronto, jajajaja.

      Puede que sea algo más sencillo para las mujeres, pero créeme, un hombre puede hacerlo, así como follarse a una o más cada día, y creo que durante más tiempo ha tenido esa libertad 'social' de que al hacerlo se le considerara un machote. Supongo que será cuestión de ganas y oportunidad.

      Besotes.

      Eliminar

Me encantará saber su opinión...